Una amplia oferta completa el mundo de las clases de cebolla, aunque muchos opten por una sola variedad a la hora de hacer su lista de la compra. Amarilla, roja, blanca, perla, vidalia, rampa… las opciones parecen infinitas a la hora de hablar de cebollas.
La chalota es una clase de cebolla muy presente en nuestra gastronomía, pero también en otras exóticas
La cebolla amarilla es una de las variedades más utilizadas en nuestra gastronomía. Tiene un sabor característico, pero suave, que hace de esta clase un opción muy versátil a la hora de acompañar diferentes preparaciones o de incluirlas en crudo.
El mejor momento de esta variedad es en verano o a principios de otoño. Se pueden conservar tanto a temperatura ambiente como en el frigorífico y dan muy buen resultado caramelizadas, en estofados y en otras preparaciones laboriosas.
La cebolla blanca, muy similar a la amarilla, a menudo es confundida con esta, pero lo cierto es que la cebolla blanca es algo más dulce y dura menos tiempo en buenas condiciones. En cuanto a su conservación, es la misma que la de la cebolla amarilla y ofrece un gran resultado en crudo en ensaladas y sándwiches, además de en pizzas.
Muy común también en pizzas, sobre todo en Italia, cuna de este plato, es la cebolla morada o roja. Esta clase ofrece un aroma totalmente diferente, ya que se caracteriza por dotar las preparaciones de un toque picante, especialmente cuando se consume en crudo.
Lo ideal es disfrutar de esta variedad a finales de verano, dado que durante el invierno su acidez se acentúa. Y además de en pizzas, está muy bien para acompañar, por ejemplo, platos de ceviche, tacos, hamburguesas o perritos calientes.
Otras clases de cebolla
Aunque estas tres sean las más típicas, las hay con otras formas y colores que también se pueden encontrar en el mercado. Este es el caso de la cebolleta, que con un apariencia más parecida al puerro se distingue fácilmente de otras cebollas al ser más pequeña e ir acompañada de un largo tallo verde.
Esta clase ofrece un sabor muy suave y dulce y es utilizada en un sinfín de platos en los que se añade picando el tallo bien fino. La cebolleta es perfecta en frituras o en recetas de toque oriental.
En este aspecto y muy usada también en la elaboración de comida exótica, la chalota es otra clase de cebolla. Se puede encontrar habitualmente en recetas francesas, así como de acompañamiento en los clásicos tallarines tailandeses. Su aspecto es pequeño y alargado, y su exterior presenta un tono tostado. En nuestra gastronomía, las chalotas casan a las mil maravillas con asados de carne o en vinagretas y salsas.