Así de entrada voy a ser sincero, estoy enamorado de cada vino que hacen en esta bodega desde hace ya muchos años. Fue una de las primeras bodegas que pude visitar hace ya muchos muchos años. Desde luego que fue la primera bodega familiar que visité y entendí un concepto que luego he ido reconociendo en un montón de bodegas a lo largo de los años. Padre de familia que lo deja todo para sacar adelante una finca familiar y que mete en la sangre de sus hijos la pasión por la tierra y el vino.
Recuerdo cada curva para llegar a perderse en la montaña del Penedés y llegar a Cabrera de Anoia Y cuando digo bodega familiar recuerdo cada paso que daba detrás de Josep María Huguet mientras me enseñaba la bodega casi de un vistazo, “aquí es donde hacemos el cava” o cómo me explicaba en el jardín junto a su mujer lo que le había llevado a ocuparse personalmente de la finca. “Cada año venían los monjes de Montserrat a comprar nuestras uvas para elaborar su vino y pensé, si la Iglesia los compra año tras año es que son muy buenas uvas.” Y lo dejó todo para hacer el cava “que no lleva una gota de azúcar porque a Pilar el azúcar le da dolor de cabeza al día siguiente” y los vinos.
Ahora se ocupan de Can Feixes sus hijos Joan, Josep Maria y Xavier de sacar adelante la bodega y de hacer estos vinos con el mismo entusiasmo con que los hacía su padre. Cuando tomo este vino estoy pensando en la elegancia de Josep María, en su estilo, en el respeto que tenía por el consumidor de sus vinos, que no era otro que él mismo. Un vino que sale al mercado casi con tres años de botella es una declaración de intenciones. sólo lo hacen los más grandes.
Este tinto quizás no fuera entendido hace algunos años porque sigue fiel a un estilo clásico y no se ha movido un ápice por querer estar a la moda y eso les honra a la familia. Ahora destaca sobre otros con naturalidad, 4 variedades integran el vino y me da igual cuáles son, porque sé que siempre será único y que es un vino que apetece tomar, un vino que percibes con emoción, que saboreas con tranquilidad buscando matices, encontrando hasta paisajes. Es de esos vinos que cuando tienes la copa en la mano hace que te sientas alguien especial. Y lo eres porque has elegido un gran vino por 13 euros.