Hubo una avalancha de vinos verdejos. Era el vino de moda. Y llegó la locura por el precio, por ser el más barato. La calidad se resintió y hubo quien se aburrió de la verdejo. Afortunadamente algunas bodegas nunca tomaron ese camino, en aquel momento pensaron y siguen pensando que la verdejo puede dar vinos frescos de alta calidad. Ese estilo de vino que lo mismo entra bien para el aperitivo que para los primeros platos de una celebración.
El encuentro con estos verdejos en Rekondo, donde el respeto por el vino se respira en cada servicio bajo la mirada del sumiller Martín Flea, nos confirmó que hay bodegas que siguen esforzándose en hacer las cosas de una manera en la que podamos creer en la verdejo.
Es fácil quedarse con Finca Montepedroso sobre lías 2017, un vino casi único en su categoría. Desde sus inicios, la Familia Martínez Bujanada apostó por hacer las cosas bien y su enólogo, Lauren Rosillo, acierta en cada añada. Te salen palabras como honrado y sincero porque el vino es así de claro. Te habla de la tierra, de los aromas de la primavera, del heno en verano, el hinojo y un toque mineral que te acaba por hechizar. Además en boca es untuoso. De los vinos con los que te quedas.
Los vinos verdejos lo mismo entran bien para el aperitivo que para los primeros platos de una celebración
Hubo un momento en la bodega Ossian en que alguien pensó que en una segunda marca para poder disfrutar de la categoría de ese vino. Quintaluna 2017 puede que sea un hermano pequeño pero tiene la misma nobleza que le viene de familia. Hay mucho de la verdejo, el carácter a campo y la fruta blanca, tiene personalidad pero lo importante es que es un vino con la acidez justa para ser muy fresco. Frescura y elegancia en el mismo vino.
Lo que más te puede gustar de Javier Sanz 2017 es que la etiqueta se declara “viticultor”. Sabes que se cuida al mínimo detalle todo el proceso porque lo que busca es que la variedad se exprese como lo que es. Honesto y claro. Hay fruta blanca, algo de manzana verde y aromas de anís e hinojo. Busca la frescura a través de la acidez y lo consigue porque lo que quiere es que el vino se beba.
Hay gente joven detrás del proyecto de Valdecuevas 2017 y el viñedo es una de sus obsesiones. Este vino con altas puntuaciones en catas internacionales es muy aromático, fruta como el melocotón y unos toques anisados. Es joven pero untuoso y muy fresco gracias a esa equilibrada acidez. Además es largo por lo que va muy bien para los primeros platos.
Marqués de la Concordia es un proyecto vinícola extenso, en Rueda apostaron por mantener la tradición de una bodega, Vega de la Reina, que ya hacía vinos antes de que naciera la DO. Hace poco se declaró su verdejo como la mejor del mundo y este 2017 mantiene esa perfección. Es muy limpio, de aromas abiertos de fruta blanca y algo de hierbas frescas, tiene un recorrido en boca elegante con el amargor final que tanto gusta y por el que te apetece otra copa.
Un clásico entre nosotros
Mantel Blanco 2017 de la bodega Álvarez y Diez es un clásico entre nosotros. Afortunadamente sigue representando lo mejor de la verdejo. Un aroma abierto y limpio, fruta blanca, hierbas y unos ligeros toques cítricos. En boca entra fácil, no se complica la vida con su frescura y ligera acidez. Es de esos vinos perfectos de aperitivo y que puedes mantener para los primeros platos.
Ojalá todos los verdejos que se encuentran en barras pudieran ser como estos. Tendríamos el concepto que se merece la variedad. Es aromática, muy de campo de Castilla, se la quiere por lo que es, verdadera y sincera, sin toques artificiales. Es un placer poder hablar de este estilo de vinos y de las bodegas que mantienen este carácter.