Vino de la semana - Somdinou Garnatxa Blanca

Parece que lo de las bodegas diseñadas y hechas por arquitectos de renombre es una cosa actual. Cosa del pelotazo y del enoturismo; hasta de algunas subvenciones bien repartidas. Pero no es así. Que se lo digan a algunas bodegas catalanas que se construyeron en la época del modernismo.

A principios del siglo pasado no sólo estaba de moda Gaudí, el arquitecto Puig i Cadafalch que construyó Codorniú y César Martinell hizo una fantástica bodega para la Cooperativa de Gandesa. Quien se acerque por Terra Alta tiene una visita obligada, porque cuando uno se va acercando piensa que se va a encontrar con una más de las cooperativas prácticas, donde se premia la efectividad, donde todo debe aparentar frugalidad para que nadie piense que con el dinero y el esfuerzo de todos se hacen ostentaciones. Pero no, uno se encuentra con un monumento, una preciosidad.

En la época que yo lo conocí no tuve mucha suerte porque, además, presencié lo que fue un shock. Era época de vendimia, llegaban los tractores y se ponían en fila india para ir descargando la uva.  A la una en punto dejaban los tractores en su sitio y se iban a comer, dejando esas uvas tostándose al sol (aquel día hacía un calor especialmente duro). Nada bueno se vaticinaba con aquellas uvas.

El Somdinou Garnatxa Blanca es un vino joven pero con mucho sabor

Afortunadamente, el tiempo y el vino me ha ayudado a quitarme de encima esa pesadilla, porque las cooperativas han demostrado que, con la gente adecuada, son capaces de hacer los mejores vinos posibles. Se seleccionan los viñedos, se habla con los socios, se reestructura el proceso y se crean unas marcas que representan la calidad que es posible sacar de algunos socios a los que sí les interesa el vino.

La Cooperativa Celler Cooperatiu de Gandesa presenta este Somdinou Garnatxa Blanca que es una de las mejores representaciones de lo que es esa uva que me sigue pareciendo de las mejores que tiene este país. En Terra Alta y en este Somdinou se expresa con mucha fruta blanca, es muy untuosa yo diría que casi es como si te comieras una pera de esas de agua que es carnosa y fresca. Es un vino con mucho sabor y, lo mejor de todo, es que es un vino joven, con acidez, lo que te permite guardarlo en su botella tan tranquilo, dejando pasar tres o cuatro años, y el vino mejora, se vuelve más compota. Y el precio ronda los 7 euros. Increíble.