Un grupo de investigadores gallegos, sin embargo, se ha propuesto exprimirlas al máximo y utilizar lo que resta una vez prensadas para crear nuevos productos y obtener moléculas beneficiosas para la salud.
En el mercado norteamericano, el aceite de uva se valora mucho
El proyecto persigue encontrar nuevos usos al material que queda después de que la uva haya dado todo el mosto dirigido a la producción de vino. Hasta ahora, se empleaba en la elaboración de aguardientes, pero los científicos consideran que tiene potencial para ser la base de productos beneficiosos para la salud.
Uno de ellos es el aceite de uva. De momento no está muy extendido, aunque mercados como el norteamericano lo valora mucho. De hecho, en Estados Unidos una botella de un cuarto de litro puede costar unos 70 dólares, según señala Emilio Rodríguez Canas, director técnico de la bodega gallega que experimenta con este aceite.
De momento se encuentra en fase experimental y lo poco obtenido tendría en principio un uso en crudo, aunque según se desarrolle la investigación pueden surgir nuevas utilidades. El principal problema con el que se encuentran es que el proceso de elaboración es lento y costoso. De unos 12.000 kilos de uva albariño se extraen unos cuatro litros de aceite, cantidad que no justifica una salida al mercado.
Otros productos
El aceite de uva no es la única opción analizada. Los expertos también han abierto una línea de investigación que trata de identificar todas las moléculas potencialmente beneficiosas que se pueden extraer tanto de este aceite como de los restos de uva que quedan después del proceso de prensado para obtener su zumo.
En concreto, el equipo estudia fibras dietéticas, azúcares, polifenoles, proteínas y ácidos grasos, para establecer qué efectos beneficiosos pueden tener como factores antitumorales y antimetastásicos.
Junto con esta labor, el estudio persigue mejorar los cultivos de uva tanto en cantidad como, sobre todo, en calidad. En función de los resultados en la búsqueda de moléculas beneficiosas para la salud, se podrán plantar cultivos especiales que potencien este tipo de uvas.
Para ello, la bodega gallega que lleva adelante esta investigación ha decidido crear tres parcelas especiales donde probar técnicas de cultivo que refuercen la presencia de estos componentes en la cosecha.