Cuando se habla de gran vino los primeros nombres que aparecen son los clásicos. Por eso cuando abres un vino considerado nuevo y te encuentras con un gran vino sabes que lo que hay detrás de ese vino debe ser único.
Y lo es, para empezar porque detrás del proyecto Cepa 21 está la familia Moro, los de Emilio Moro, que ya hacían vinos perfectos en su bodega pero que se encontraron con unas tierras diferentes, unas laderas orientadas al norte, me imagino que de ahí su nombre tan descriptivo y tan claro, pero que por el carácter del suelo permitía una maduración de la uva adecuada, lenta y equilibrada. Y con esas tierras y esa uva se lanzaron a un proyecto diferente que está dando los resultados que siempre han buscado, grandes vinos.
Malabrigo 2010 es de la Ribera del Duero y se le nota el carácter, es de esos vinos que quieres guardar para las ocasiones especiales y encuentras pronto la ocasión para abrirlo porque piensas que cualquier momento es especial para abrir este vino. es de esos vinos que disfrutas desde que lo echas en la copa porque desde ese primer momento te llega todo el aroma y desde entonces se convierte en inolvidable. La tinta fina se expresa con fruta negra, mucha fruta negra y especias y un toque mineral, y los torrefactos y el chocolate y todo lo que te puede gustar de un vino, está todo ahí y te envuelve. Y luego entra suave está perfectamente equilibrado.
¿Comería con este vino? Nunca más. Lo pediría siempre al final para que me quedara como una copa, para disfrutar el vino sin que haya nada que te moleste alrededor, nada más que la conversación que ha despertado un vino tan redondo y tan elegante. Ya te has inventado la ocasión para abrirlo.