Hola. Me llamo Guímaro pero no un Guímaro cualquiera, soy Guímaro Cepas Viejas lo que me da una categoría especial y provengo de la Ribeira Sacra lo que me da aún más valor.
Esa zona entre Galicia y León imposible, donde sólo a los romanos locos y a unos cuantos religiosos se les hubiera ocurrido plantar viñas. Valles escarpados que hacen que los viñedos miren al Sil como si se fueran a suicidar, una zona en la que si pierdes pie vendimiando puede que acabes arrastrado hasta el Atlántico. De locos vamos.
Pero algo sabían los monjes que se dedicaron a hacer sus monasterios por la zona, tantos que acabaron por llamarlo Ribeira Sacra, de esas tierras salían grandes vinos que con el tiempo se fueron olvidando porque el trabajo era duro y la recompensa menor de lo que se esperaba.
Ahora ya no, ahora mi familia, que empezó a principios del siglo 20, sabe de la tierra, sabe sacarle el mejor partido a los viñedos y darle categoría a los vinos. Ahí es donde aparezco yo. Nazco de godello, treixadura y doña branca, arranco con mis propias levaduras para mantener mi carácter, me educan bajo mis lías durante meses y aún me tienen meditando en botella para que salga a la calle expresando mi mejor carácter que es la fruta, soy meloso, como si quisiera enamorarte y casi siempre lo consigo, puro almíbar de membrillo y melocotón y para no cansar aparecen toques salinos, seguramente de los vientos atlánticos que me llegan durante el año. Soy un tipo de cuidado del que no te puedes olvidar fácilmente y por 12 euros soy todo tuyo.