La pastelería Oiartzun es uno de los referentes del dulce de la capital guipuzcoana. No en vano, ha sabido ganarse el cariño y fidelidad de autóctonos y visitantes por la variedad y calidad de sus productos.
Situada junto al ayuntamiento de Donostia, en pleno Boulevard, la pastelería-heladería Oiartzun abrió sus puertas en 1972, cuando Manuel Martín, cabeza de familia de este negocio, dejó atrás su larga experiencia en importantes pastelerías donostiarras, tales como la ya desaparecida, Dover, para montar su propio negocio.
Hoy en día, sus hijos, David y Montserrat han tomado el relevo de su padre, pero siguen elaborando los mismos productos, habiendo añadido una larga lista de nuevos pasteles y dulces en general que combinan a la perfección la tradición y el saber hacer de la familia, con la innovación que les lleva a la producción de nuevas creaciones cada año. Destaca de esta pastelería que todos sus productos (salvo los caramelos) se elaboran en su obrador: 100%artesanal.
Especialidades
Quien ha estado en la pastelería Oiartzun conoce bien cuáles son sus productos más tradicionales y de gran éxito: el auténtico croissant francés, bien hojaldrado y elaborado con mantequilla; el pastel vasco, que es diferente a los demás puesto que es muy jugoso; pastel ruso de almendra, la amplia variedad de trufas…
Productos de Navidad
Como no podía ser de otra manera, estas navidades, la pastelería-heladería Oiartzun volverá a ofrecer sus turrones artesanos, entre los que puedes encontrar desde los más tradicionales (el blando y el duro), pasando por otros que se han ido incorporando con el paso de los años, como el de yema tostada, de Cádiz, de trufa, de coco, turrón de Ruso.
Por supuesto, tampoco faltarán los polvorones, el marrón glacé, fruta escarchada, yemas de Santa Teresa o las figuritas de mazapán.
Novedades
De cara a estas navidadades, en pastelería Oiartzun han elaborado una nueva tarta, Suleika: sablé (mantequilla, azúcar, sal y harina) con notas de limón cocido en blanco (sin relleno), a lo que se le añade un cremoso de praliné (artesanal) de avellana, la siguiente capa se cubre con una crema de chantillí muy ligera, también fusionada con limón. Un postre ideal para terminar una cena de Navidad, puesto que no es nada pesado y que también se vende en pastelito individual.
Además, para los amantes del buen chocolate, acércate a Oiartzun y pide los nuevos bombones elaborados con dos tipos de chocolate: guanaja (70%) y jíbara (chocolate con leche con 40% de cacao).