Confieso que no creía en esto de la Sherry Week cuando nació. Pero la gente del mundo del Jerez ha seguido con la idea sin parar y lo están haciendo bien. Así que bienvenida sea una semana al año en la que se dedican en cuerpo y alma los señores de Jerez en hacer que se intensifiquen las catas, las comidas armonizadas y los conocimientos sobre los vinos de la zona.
También da la oportunidad para considerar la semana como un acontecimiento en sí mismo y abrir esa botella especial que guardaba para los mejores momentos. Y aquí está Soluqua. Como me contaron en la bodega “son vinos especiales para la(s) estrella(s) Mishelí(n) (pronunciado así, como lo pronuncian ellos). Vinos únicos que se descubren en la bodega, porque el secreto y la maravilla de los vinos del sur es que esos vinos están descansando, se hacen lentamente en esas botas (barricas) que se pierden en el tiempo y en la oscuridad de la bodega. Y, de repente, el capataz, el que sabe de qué va el asunto porque en un rincón hay una bota de la que nadie se acuerda y le lleva al enólogo de la mano, meten la venencia, prueban el vino y sonríen porque saben que han encontrado una joya.
Soluqua es la palabra de la que nace Sanlúcar y que significa viento de levante y eso pretende ser este vino, un vino pegado a la tierra de la que nace y fruto de ese viento de levante que le da todo su carácter. Manzanilla pasada es un manzanilla que ha dejado atrás la frescura sin llegar a la complejidad de su siguiente evolución, un vino que se pudo embotellar en su día pero que dejó para que siguiera creciendo, para que siguiera madurando, hasta 10 años en bota para tener toda esa complejidad y, sobre todo, ese final en boca que te llena y te traslada al sur, 10 años para convertirse en una joya como la que es.
Bodegas Barón, 400 años que sobrevivieron gracias a la obsesión de un hombre, de Xixarito (como se le conocía en Sanlúcar), saca ahora toda una gama completa de vinos Soluqua, la mejor representación de la bodega que merece la pena probar aunque solo sea durante una semana fría al año para poder vivir el calor del sur, el aroma del mar y sus productos. El vino se disfruta con la imaginación.